La alimentación es una necesidad básica, un derecho que se cumple “cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla” (Derecho a la Alimentación, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO). En este artículo abordamos qué sucede en Uruguay con respecto a este derecho universal y cómo pueden las empresas, o las personas, colaborar para que este derecho sea contemplado, a través del apoyo a Redalco.
Desde la esencialidad de las abejas para la polinización de las flores de los frutales, pasando por las condiciones del suelo, el clima y la economía nacional; hasta llegar a la selección de la manzana más espléndida en el puesto de frutas y verduras del barrio, ocurre una gran cadena interdependiente que es vital en cada fase de la producción alimenticia.
Paradójicamente lo que sucede en esa cadena, es que, por un lado, se produce mucho más de lo que posteriormente se comercializa; y por el otro, cada día aumenta más la porción de la población que tiene dificultades para acceder a una alimentación adecuada y nutritiva.
La paradoja se ve reflejada en los datos que arroja la FAO:
- En Uruguay se desperdician 125.000.000 de kilogramos de frutas y verduras (FAO: estimación de pérdidas y desperdicio de alimentos en Uruguay, alcance y causas. Año 2018.
- Mientras que, a su vez, existen más de 250.000 personas con problemas para acceder a alimentos (según el Observatorio de Nutrición de la Universidad de la República), un 15% de los hogares uruguayos presentan inseguridad alimentaria moderada y grave, y un 2,6% inseguridad alimentaria grave; según arrojó el Primer Informe Nacional de Prevalencia de la Inseguridad Alimentaria en Hogares, presentado en octubre de 2022.
A partir de esta toma de consciencia, surgió en Uruguay la Red de Alimentos Compartidos (Redalco) y en 2016 se fundó la Asociación Civil Redalco.
Su objetivo es reducir el desperdicio de alimentos -frutas y verduras-, y éstos, al ser recuperados, se distribuyen en organizaciones que proveen alimentos en contexto de vulnerabilidad social.
Esta misión de Redalco se lleva a cabo en la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM), donde se clasifican las frutas y verduras junto a un grupo de voluntarios; así como también en chacras, cuya producción dio excedente y se dona.
Objetivo: hambre cero
En tan solo 5 años, se han recuperado unos 2.286.000 kilogramos de frutas y hortalizas. Estos alimentos recuperados han sido distribuidos en más de 500 organizaciones sociales e iniciativas solidarias.
¿Por qué se desechan los alimentos?
Las causas que llevan al desperdicio de alimentos en el Uruguay -y el mundo- son múltiples:
- excedentes de oferta de producción con respecto a la demanda del mercado;
- cosechas abundantes ante condiciones climáticas positivas;
- el descarte de alimentos por su forma, calibre o color en los centros de empaque;
- también el descarte de alimentos que no son cosechados y se dejan en los árboles y en los campos -ya que su cosecha no es redituable para su posterior comercialización- por razones logísticas de espacio;
- ingreso de nueva mercadería -como ocurre en la UAM-,
- cajones o bolsas de alimentos que no son reclasificados.
“En 2021 recuperamos el 1% del volumen total que se desperdicia anualmente en Uruguay, y esto alcanzó para distribuirse en un 15% de las 250.000 personas que en nuestro país padecen de inseguridad alimentaria”, comentó al respecto Massimiliano Iannolo, director de Desarrollo Institucional de Redalco.
“Si lográramos rescatar un 30% de esos 125.000.000 de kg de frutas y verduras, que se desperdician anualmente por razones de forma, tamaño, color o exceso de producción, podríamos ayudar a brindar una alimentación saludable y nutritiva a todas aquellas personas que no acceden a alimentos”.
¿Cómo colaborar con la misión de Redalco?
Cualquier persona o empresa puede unirse a la organización y colaborar.
Hay varias formas, una es ser voluntario y participar de las jornadas de clasificación en la UAM, o en cosechas en chacras. Por otro lado, las empresas pueden participar compartiendo experiencias de voluntariado corporativo y realizando donaciones.
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